Institutionalization within the Context of Pandemic Infectious Disease Examining Social Vulnerability to the 1918 Influenza Pandemic among Individuals Institutionalized in the Mississippi State Asylum
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Abstract
Though vulnerability to pandemic infectious disease is primarily measured by biological risk of medical complications, social vulnerability is more potently mediated by social determinants of health, the intersection of these determinants, and social identity. Among other groups, these factors make people with disabilities (PWD), especially those in congregate settings (e.g., institutions), particularly socially vulnerable to pandemics. Despite this, disability and residence in congregate settings are underaddressed in pandemic preparedness plans. This is partially because of extremely limited knowledge about how PWD, especially those in congregate settings, experienced past pandemics. Here, we examine the 1918 influenza pandemic’s impact on mortality rates in a community of PWD institutionalized at the Mississippi State Asylum (MSA; A.D. 1855–1935). We assess influenza mortality and respiratory mortality rates among total patient deaths (N = 3,697) that occurred from 1912 to 1925. Findings show that from 1918 to 1919, respiratory and influenza mortality rates were significantly elevated for young adult patients (20–39 years old) relative to younger and older patients. Rates were also elevated for male patients and Black patients, compared to female and White patients. The age-and sex-based patterns are broadly consistent with national- and state-level influenza mortality trends, but elevated mortality among Black patients likely reflects intersections between institutionalization for disability, racism, and race-based structural violence in Mississippi and the Jim Crow American South. The complex interactions of social, biological, and environmental variables within this historical, socially vulnerable population reinforce the need for more holistic, historically informed, and social justice–oriented approaches to pandemic preparedness.
Aunque la vulnerabilidad a las enfermedades infecciosas pandémicas se mide principalmente por el riesgo biológico de complicaciones médicas, la vulnerabilidad social está mediada de manera más potente por los determinantes sociales de la salud, la interacción de estos determinantes y la identidad social. Entre otros grupos, estos factores hacen que las personas con discapacidades (PWD), especialmente aquellas que viven en residencias colectivas (por ejemplo, instituciones), sean particularmente vulnerables socialmente a las pandemias. A pesar para una pandemia. Esto se debe en parte al conocimiento extremadamente limitado sobre cómo las PWD, especialmente las que viven en entornos colectivos, experimentaron previas pandemias. Aquí, examinamos el impacto de la pandemia de la gripe de 1918 en las tasas de mortalidad en una comunidad de PWD institucionalizada en el Asilo del Estado de Mississippi (MSA; A.D. 1855–1935). Evaluamos la mortalidad por gripe y las tasas de mortalidad respiratoria entre el total de muertes de pacientes (N = 3,697) que ocurrió entre 1912 y 1925. Los resultados muestran que entre 1918 y 1919 las tasas de mortalidad respiratoria y por gripe fueron significativamente elevadas para los pacientes adultos jóvenes (20–39 años) en comparación con los pacientes más jóvenes y mayores. Las tasas también fueron elevadas para los pacientes masculinos y los pacientes de color en comparación con pacientes blancos y mujeres. Los patrones basados en la edad y el sexo son ampliamente consistentes con las tendencias de mortalidad por gripe a nivel nacional y estatal, pero la mortalidad elevada entre los pacientes de color probablemente refleja interacciones entre la institucionalización por discapacidad, el racismo, y la violencia estructural basada en la raza en Mississippi y el sur de Estados Unidos de Jim Crow. Las complejas interacciones de las variables sociales, biológicas, y ambientales dentro de esta población histórica y socialmente vulnerable refuerza la necesidad de enfoques más holísticos, históricamente informados, y orientados a la justicia social para la preparación para una pandemia.