Forensic Anthropology Vol. 5, No. 3: S262–S266

DOI: 10.5744/fa.2022.4002b

BIOGRAFIA

Biografía: Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF)

Pedro David Pérez-Torres, DLAFa,1 ● Derek Congram PhD, DLAFb,c,2*

Introducción

A comienzos del año 2020, la noticia de que el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF) había sido postulado al Premio Nobel de la Paz, se conoció y se divulgo rápidamente en la Argentina y en las redes profesionales y científicas alrededor del mundo. La candidatura de esta organización no gubernamental fue realizada por Karina Batthyány, secretaria ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales, y Alejandro Villar, rector de la Universidad Nacional de Quilmes, quienes argumentaron la postulación por la trayectoria del EAAF durante 35 años aplicando la ciencia para la búsqueda de verdad y colaborar con la justicia buscando a las personas desaparecidas y brindando respuestas a sus familiares.12

El impacto del trabajo del EAAF es de escala global. Actualmente han trabajo en más de 60 países con “víctimas de desapariciones forzadas; violencia étnica, política, institucional, de género y religiosa; desapariciones actuales; narcotráfico; trata de personas, crimen organizado, procesos migratorios; guerras y conflictos armados; accidentes y catástrofes” (CLACSO, 2020).

El EAAF cumplió este año su aniversario No. 36. Iniciaron como un grupo de estudiantes y hoy son 70 profesionales de diferentes disciplinas forenses que lo conforman y que se encuentran brindando servicios en diferentes países de forma simultánea por solicitudes de gobiernos, agencias no estatales y organizaciones de familias.

Esta biografía se basa principalmente en una entrevista con el presidente3 y uno de los fundadores del EAAF, Luis Fondebrider. A los autores, una biografía del EAAF nos pareció una tarea fácil. Los dos han trabajado con miembros del EAAF y el segundo autor ha conocido al presidente y dos de los cofundadores desde más de 20 años. Otro de los cofundadores del EAAF fue el jefe de los dos autores en la Unidad Forense de CICR. Pero, aquí esta el truco: El EAAF siempre esta ocupado. Están siempre trabajando. Su lista de publicaciones no está tan larga comparando con los académicos, pero ¿cómo encontraría el tiempo para eso? Como anotado en un sitio web del gobierno argentino, el EAAF se caracteriza por su perfil bajo, mas enfocado en el hacer que el decir (https://www.senado.gob.ar/upload/17743.pdf). Su evangelismo viene en la forma de tutoría y orientación, que se traduce en vuelos constantes alrededor del mundo y una carga de trabajo tremenda, mezclada con una dedicación más reciente de investigación. El EAAF tiene su enfoque claro en su trabajo, que se aplica y se desarrolla de manera particular basado en las necesidades y desafíos de Argentina y de cada país en el mundo donde mantienen operaciones, sin dejar a un lado la objetividad científica y los y estándares internacionales en la búsqueda de personas desaparecidas y acompañamiento a sus familiares. En esta biografía, haremos un repaso por sus orígenes, su legado y los principales desafíos del EAAF.

Orígenes

Inicios de 1984, había vuelto la democracia a la Argentina después del gobierno cívico-militar que gobernó durante siete años. Para ese entonces, las Abuelas de la Plaza de Mayo (organización no gubernamental de derechos humanos que buscaban a los niños nacidos en cautiverio o fueron desaparecidos junto a sus padres), se encontraban buscando apoyo en todo el mundo para intentar reunificar a los niños desaparecidos con sus abuelos y es así como tienen un contacto con Eric Stover, investigador de la American Association for Advancement of Science (AAFS) en Washington, D.C., quienes atienden la solicitud y delegan una comisión de seis profesionales de las ciencias forenses que viajaron hasta Buenos Aires para evaluar la situación.

Uno de los seis investigadores era Clyde Snow, quien desde su primera visita quedó atado al proceso de las Abuelas Plaza de Mayo y de la recién creada Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP). Snow, al visitar la Argentina se decide reunir con los jueces y fiscales que ya se encontraban haciendo exhumaciones y “lo primero que constató fue la precariedad y el descuido en los métodos de excavación y tratamiento de los restos en las primeras exhumaciones de fosas clandestinas” (CLACSO, 2020). Durante esa primera visita, Snow también decide reunirse con un grupo de estudiantes argentinos en un hotel, a quienes explica su propuesta de exhumar cuerpos y posteriormente identificarlos para que fueran restituidos a sus familiares, aportar las pruebas necesarias a la justicia y contribuir para el esclarecimiento de las circunstancias de muerte de estas personas desaparecidas. Estos estudiantes deciden pensarlo y al día siguiente aceptan la propuesta de Snow. Así, el EAAF fue concebido una noche en un cuarto de un hotel por Snow.4

Este grupo de estudiantes, que no había tenido ningún tipo de acercamiento con la antropología forense, disciplina nueva en el mundo para esa época. Pasaron dos años en entrenamiento y trabajo entre las fosas y las morgues, bajo la orientación de Clyde Snow.

El EAAF nació bajo unas circunstancias sociales y políticas bastante particulares que se vivieron en la República de Argentina durante el gobierno cívico-militar que generó la desaparición de entre 10,000 y 30,000 personas. La falta de precisión de numero refleja la clandestinidad de las desapariciones y el desafío de la búsqueda. La presión social y el interés de las Abuelas Plaza de Mayo por encontrar a sus seres queridos también impulsó la creación del EAAF, permitiendo que este equipo fuera pionero en Latinoamérica y el mundo en aplicar la antropología forense en investigaciones de violaciones graves de Derechos Humanos a gran escala y teniendo a las familias siempre como eje del proceso investigativo y científico.

Sin embargo, las familias de los desaparecidos estaban divididas sobre la mejor forma de adelantar la búsqueda y sobre su apoyo en las exhumaciones, como descrito por Rosenblatt (2015:83–122). Además de las Abuelas de Plaza de Mayo, hubo las Madres de Plaza de Mayo, que posteriormente se dividió a dos grupos: la Línea Fundadora, que apoyo las exhumaciones, y la Asociación de Madres que generalmente estuvo en contra. Esto hizo que el trabajo del EAAF se complicara un poco al principio, su legitimidad estuvo basada en representar los intereses de las familias hacia las exhumaciones de víctimas de desaparición forzada por agentes estatales. Al final, el EAAF ha balanceado intereses divergentes y, como dice Rosenblatt (2015) “la receptividad a las visiones distintos de las familias es el sello de un abordaje de exhumaciones que el equipo argentino acaba de formular y que eventualmente seria su característica mas reconocible” (p. 90).

Uno de los hitos en Argentina que permitió el desarrollo de la antropología forense fue la presentación de Clyde Snow en el juicio a las Juntas Militares, donde su papel en calidad de testimonio experto mostró las lesiones de los cuerpos que habían sido exhumados previamente en diferentes fosas clandestinas, siendo en aquella ocasión visible la importancia de esta disciplina para demostrar con pruebas científicas las circunstancias de la muerte de los desaparecidos.

Aunque el grupo estuvo trabajando desde esos primeros días, en mayo de 1987 nació oficialmente el EAAF. Sus miembros fundadores fueron Morris Tindball-Binz, Patricia Bernardi, Mercedes Doretti, Luis Fondebrider, Darío Olmo y Alejandro Incháurregui, con Clyde Snow como socio honorario. Para conmemorar el evento, como fueron varios, en lugar de hacer en bronce los primeros zapatos, lo hicieron con los primeros palustres.5

Ambiente político en Argentina

A finales de la década de los 80, el clima político en la República de Argentina era bastante efervescente, se caracterizaba por ser un periodo de transición de un gobierno cívico-militar a una democracia que era aún débil para la época. Las movilizaciones a favor de la defensa de los DDHH eran comunes y muy generalizados en la población civil.

En 1986 y 1987, el gobierno argentino presentó dos leyes con el fin de restringir severamente las investigaciones y persecuciones de los responsables para crímenes cometidos durante el gobierno militar (Crawford 1990: Roehrig 2009). Este grupo de jóvenes estudiantes se replanteó la necesidad de seguir o no con el trabajo que llevaban realizando con las primeras exhumaciones, sin embargo, el concepto de varias organizaciones de DDHH impulsó aún más el trabajo del EAAF debido a la necesidad de seguir buscando a los desaparecidos, brindar respuestas a los familiares y aportar pruebas contundentes para la historia y la justicia.

Debido a todo ese clima inestable de exaltación política de la época, muchas organizaciones de familiares de personas desaparecidas y defensores de DDHH, no tenían confianza en las instituciones forenses del sistema oficial argentino, por lo que vieron en el EAAF una alternativa independiente y que contaba con todos los rigores científicos desde múltiples disciplinas. Rápidamente el EAAF se ganó la confianza de organizaciones como las Abuelas de la Plaza de Mayo y han trabajado juntos desde hace 36 años buscando e identificando a los desaparecidos.

El EAAF en el mundo

El EAAF fue el primer hijo de varios equipos de antropología forense en América Latina. Llevando la responsabilidad del hijo mayor, se acompañó el crecimiento de otros equipos como en Guatemala, Chile, Uruguay y Perú. Como en todas las familias, había una mezcla de amor, amistad, argumentos, y antagonismos. Durante esta juventud, a veces fue difícil manejar las cosas entre organizaciones hermanas. Uno tenía una visión sobre como las cosas deben ser, pero igual, hay que respetar las decisiones de los otros y como se manejan su trabajo en su propia casa. El EAAF tiene el lujo de estar muy bien reconocido y muchos grupos los llaman para ayudarles, pero hay que buscar balance entre la capacidad en el país que ya existe. Al fin, como para muchas familias, se encontraron como convivir y colaborar, todos dedicándose a las labores de llevar a justicia por décadas de violencia sistemática en sus países y de dar respuestas a las familias de personas desaparecidas.

En el quehacer de la antropología forense se genera motivos de orgullo y de frustración en términos generales, por ende, los equipos y personal siempre están involucrados en este tipo de situaciones. En palabras de Luis, lo que más ha generado orgullo en el equipo es poder brindar respuestas y entregarle los restos humanos a las familias que han estado buscando a sus seres queridos que una vez fueron desaparecidos, así como también poder contribuir con la justicia durante investigaciones aportando pruebas científicas dentro de los procesos judiciales. En Argentina, el EAAF maneja la consigna verdad, justicia, reparación y memoria y aportar con la ciencia a estos procesos sociales es otro de los grandes orgullos del EAAF. Por otro lado, la frustración va por el lado de la lentitud de los procesos, en especial cuando los Estados son muy burocráticos. Se ve a los dos lados en su trabajo: solo el EAAF ha logrado 850 identificaciones de personas desaparecidas durante el gobierno militar. Esto constituye 24 identificaciones al año (sin contar su trabajo en otros países). Sin embargo, es difícil no pensar en los 9,000 mínimo que siguen desaparecidos y no identificados en Argentina.

FIG. 1—El joven EAAF: Morris Tidball Binz, Dario Olmo, Luis Fondebrider, Patricia Bernardi, y Alejandro Inchaurregui. Ausente de la imagen: Mercedes (Mimi) Doretti.

En el 2020, ya con 36 años, el EAAF tenía una madurez, producto de décadas de trabajo en contextos políticos complejos. Preguntamos a Fondebrider sobre el debate que existía entre los miembros de la sección de Antropología del American Academy of Forensic Sciences y la postura que uno debería adoptar en frente a problemas sociales como lo del movimiento de Black Lives Matter en los EEUU, resaltó que el EAAF se había metido desde su primer día en un entorno sociopolítico donde forenses del estado habían colaborado— de manera pasiva o activa— en crímenes del estado. Luis dice “involucrarse no es ser parcial”, la antropología forense proviene de la misma antropología como ciencia que estudia y busca entender el ser humano en sus dimensiones sociales, históricas, biológicas y lingüísticas. Involucrarse en movimientos sociales como Black Lives Matters, no es tomar partido de un lado o del otro, pero si pronunciarse sobre lo que está bien o que está mal.

El EAAF en la actualidad

El crecimiento del EAAF ha sido progresivo y su expansión ha sido notoria. De aquel grupo de estudiantes aprendices que realizaban exhumaciones y análisis de estos óseos en los cementerios y morgues de Buenos Aires y el resto de Argentina, hoy es un equipo de 70 personas distribuidos en cuatro oficinas: Buenos Aires, Ciudad de México, Nueva York y un laboratorio de genética forense en Córdoba, Argentina. Cuentan con profesionales de varias disciplinas: antropología, arqueología, biología, medicina, genética, física, arquitectura, informática y geografía.

El EAAF sigue siendo una alternativa para aquellas familias que requieren al equipo como un perito de parte cuando no confían en la opción del sistema oficial gubernamental. En unos países, esto es importante porque la gente no confía en sus gobiernos, a veces responsables para desapariciones y otros crímenes. Incluso, han sido requeridos por jueces y fiscales en procesos donde actúan como perito oficial. También el EAAF actúa por solicitud de diversas entidades que han desarrollado búsqueda de personas desaparecidas e identificación de cadáveres en muchos contextos diversos como lo son el Tribunal Penal para la antigua Yugoslavia de las Naciones Unidad, Corte Penal Internacional, Comité Internacional de la Cruz Roja, Comité de Personas Desaparecidas en Chipre, entre otras.

FIG. 2—Fundadores del EAAF Morris Tidball Binz (ahora Relator Especial de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias) y Luis Fondebrider (ahora jefe de la Unidad Forense del Comité Internacional de la Cruz Roja). Nota para lectores jóvenes: El objeto en la mano de Morris fue conocido en su época como un “teléfono”.

Algo que ha caracterizado al EAAF es que ha ido más allá de los procesos científicos de búsqueda de personas desaparecidas e identificación de cadáveres. Han realizado un trabajo global en capacitaciones y entrenamientos a personal forense de diversos países, se han vinculado con problemáticas complejas como el feminicidio y la búsqueda de personas migrantes desaparecidas en el marco del Proyecto Frontera en EEUU y Centro América, han estado vinculados con procesos de creación de nuevas tecnologías para la búsqueda y aplicada a casos complejos como en el caso de los estudiantes desaparecidos en Ayotzinapa, México y de igual manera con las nuevas tecnologías para la gestión de la información (e.g., EAAF & CEDEHM 2021). De esta manera, el EAAF no solo buscar resolver casos y aliviar el dolor de sus familias, sino también avanzan las ciencias y su aplicación y apoyan el desarrollo local de pericia. Este último aspecto es algo fundamental: siempre vamos a faltar expertos para investigar. Se ve en muchas organizaciones no gubernamentales una tendencia fuerte de promoverse como la única solución o la mejor solución. En los ojos del EAAF, la única solución sostenible es el desarrollo local, especialmente en países que no tienen mucho apoyo externo de países ricos por razones geopolíticas. Así, el EAAF ha tenido un enfoque fuerte de apoyo sur-sur.

En 2015, este enfoque sur-sur se hizo claro en una charla por Fondebrider en la Universidad de Toronto en Canadá. Una profesora preguntó cómo se puede involucrarse a sus estudiantes en ayudar al EAAF con investigaciones en Argentina. Fondebrider contestó diciendo le parece más necesidad de ayudar a la población de mujeres indígenas de Canadá (donde hay una tasa de desaparición y homicidio seis veces más alta a otros grupos de mujeres en el país, un tema que figuraba mucho en los medios del país en ese momento, Department of Justice Canada, 2017).

Retos del EAAF y de la antropología forense latinoamericana

Según Fondebrider, el principal reto en la región es poder vincular nuevas profesiones de las ciencias forenses desde la biología, física, geología, genética, entre otras y poder aplicarlo a la búsqueda de personas desaparecidas e identificación humana. Hoy los equipos cada vez están vinculando diferentes áreas de las ciencias forenses para generar un trabajo multidisciplinario que genere respuestas integrales, un mayor impacto en las investigaciones y producir mejores resultados.

Otro de los grandes desafíos es que se pueda generar mayor impacto de la generación de políticas públicas. El EAAF quiere verse más allá de ser ese grupo de científicos que solo exhuman cadáveres, quiere verse como un organismo técnico de referencia que pueden pronunciarse sobre temas forenses. A nivel de Latinoamérica se considera que hace falta más unión del gremio dejando atrás los intereses particulares. Fondebrider también considera pertinente la discusión en la implementación de un sistema de control de calidad de la antropología forense en Latinoamérica que implica mecanismos y sistemas de certificación y acreditación de peritos y laboratorios.

A pesar de muchas referencias en el mundo de estándares internacionales (e.g., L’Abbé & Steyn, 2012; Traithepchanapai et al. 2016), actualmente no es realista que haya un protocolo a nivel internacional como resaltado por Thompson et al. (2018) y como promovido por Skinner et al. (2003), por ejemplo. Hay muchas maneras para hacer las cosas que llevan al mismo resultado. Desde la postura de Fondebrider, se debe buscar lo mínimo básico y después buscar un consenso. En América Latina es importante hablar de la estandarización de los procesos, aunque no deben ser universales, cada institución debería crear sus propios protocolos y procesos, que no sean impuestos y que sean contextualizados.

El EAAF y la nominación al Premio Nobel de la Paz

El Premio Nobel para la Paz fue una nominación dentro de un largo listado de galardones otorgados al EAAF durante toda su historia. Han recibido el Premio de Derechos Humanos otorgado por la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA), en 2006; en 2007, una de sus fundadora y miembro activa, Mercedes “Mimi” Doretti, recibió el premio MacArthur para genios (MacArthur Genius Award); en 2014 el Senado de la Nación Argentina les otorgó el Premio Ciencia y Derechos Humanos del Observatorio de Derechos Humanos; también recibieron el Premio Clyde Snow, otorgado por la American Academy of Forensic Sciences en 2018, entre otra larga lista de galardones y reconocimientos en Argentina y el mundo. Desde las ciencias siempre se está aportando a la sociedad. El EAAF está haciendo un trabajo que no ha sido posible gracias a las organizaciones de familiares de víctimas. El EAAF no ganó el Premio Nobel de la Paz (Fondebrider nos lo dijo, no pasará), pero considera que es un gran reconocimiento para muchas personas que trabajan en el equipo y con el equipo. La nominación claramente generará una visibilidad de la disciplina a nivel global que tiene que ser usada con inteligencia para poder llegar a otros espacios más complejos donde se toman decisiones y se generan las políticas públicas.

Pensando en el futuro

No sabemos cómo calificar las etapas de vida de organizaciones, pero el EAAF está lejos de senectud. Preguntamos a Fondebrider para su consejo para la nueva generación de científicos forenses. Contestó resaltando la importancia de su responsabilidad social y de hacerse cargo de esa responsabilidad. No debemos apartarnos ni ignorar esos procesos sociales donde estamos inmersos. Vincular más el diálogo con otros actores de las ciencias, conocer los alcances y los límites de nuestra disciplina y entender que se puede alimentar de otras.

References

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1. Antropólogo egresado de la Universidad de Antioquia; Especialista Forense del Comité Internacional de la Cruz Roja; Miembro certificado y avalado del Directorio Latinoamericano de Antropología Forense; Miembro del Consejo Directivo de la Asociación Latinoamericana de Antropología Forense.

2. Especialista Forense del Comité Internacional de la Delegación de la Cruz Roja para Asia Oriental; Investigador Adjunto a la Escuela Munk de Asuntos Globales, Universidad de Toronto; Profesor Adjunto Universidad Simon Fraser (Canadá); Miembro certificado y avalado del Directorio Latinoamericano de Antropología Forense.

3. Durante la revisión para publicación de esta biografía, Luis se contrató para ser el nuevo director de la Unidad Forense del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR). Esta biografía refleja la opinión y la experiencia de Luis como presidente del EAAF y no debe construirse como representativa de la opinión o política del CICR.

4. Mucha gente percibiría a esta analogía como grosero, pero pensamos que a Snow le gustaría.

5. Unos detalles elaborados para efecto dramático.

aComité Internacional de la Cruz Roja, Medellin, Colombia

bComité Internacional de la Cruz Roja, Bogota, Colombia

cDepartmento de Arqueologí, Simon Fraser University

*Correspondencia a: Derek Congram, International Committee of the Red Cross - Forensic, Calle 96 #11b-37, Bogota 110221, Colombia

E-mail: congram@sfu.edu

Recibió 27 marzo 2021; Revisada 2 mayo 2021; Aceptada 25 mayo 2021